domingo, 24 de junio de 2018

ESPARTACO. EL ESCLAVO QUE HIZO TEMBLAR A ROMA


ESPARTACO
EL ESCLAVO QUE HIZO TEMBLAR A ROMA

 
Hoy, en nuestro paseo por la historia, os hablaremos de un personaje que formaba parte de un sector vital para la economía romana, la esclavitud. Espartaco fue uno de tantos esclavos que, sin ningún tipo de derechos ni consideración como ciudadanos, ejercían trabajos que iban desde la agricultura a la minería, pasando por labores domésticas. Cuando no servían de entretenimiento, aún a costa de sus vidas, en los circos romanos. El estatus de esclavos se adquiría bien al ser prisionero de guerra, por nacimiento (hijos de otros esclavos), o por ser niños que no encontraban acogida entre sus familiares. Dicho estatus establecía una relación entre el esclavo o “servus” y el señor o “domine”, donde los primeros eran propiedad de los segundos, debiéndole una obediencia absoluta.
La primera fuente de abastecimiento de esclavos era la guerra. Las numerosas conquistas durante la expansión romana, proporcionó ingentes cantidades de prisioneros cuyo futuro fue la esclavitud. Nuestro personaje, Espartaco, fue uno de aquellos prisioneros de guerra que acabarían bajo el yugo de la esclavitud. Los esclavos romanos carecían de cualquier derecho, se limitaban a ser propiedades de su señor, hasta el punto que si su amo fallecía y no los declaraba libres en el testamento, el heredero se quedaba con ellos. En definitiva, eran considerados objetos, sin ningún tipo de derechos ni posibilidad de reclamarlos. Tratados por los ciudadanos libres con arbitrariedad y en ocasiones de forma tan denigrante que sus vidas se convertían en un verdadero infierno.
Hoy os quiero contar la historia de uno de estos esclavos, rebelde, valiente, inteligente, con una fuerza y carisma  sin igual y que tuvo la osadía de luchar por su libertad, enfrentándose al poder absoluto de los romanos. Una osadía que arrastró a miles de esclavos que se unieron a su causa, para poder cumplir así su gran sueño, romper las cadenas que le impedían vivir como seres humanos libres. 
Espartaco nació en Tracia, alrededor del año 113 A.C. muriendo en la primavera del año 71 A.C. Era hijo de una familia de nobles y acomodados tracios, que al ser derrotados por las legiones romanas tuvieron que ingresar en sus tropas auxiliares. Espartaco era un gran guerrero, conocedor de la ciencia militar. Su porte aristocrático y su fortaleza física, hicieron que tras desertar de las tropas auxiliares romanas y trabajar temporalmente como castigo en unas canteras de yeso, fuera vendido a una escuela de gladiadores de Capua. Allí demostraría su talento militar, su habilidad con las armas y su gran fuerza física. A pesar de sus éxitos como gladiador, su personalidad y carácter le impedían aceptar ser tratado como un objeto de entretenimiento para los ciudadanos romanos. Cansado de ver morir a sus compañeros gladiadores como si de meros animales se tratara, planea una rebelión en la escuela de gladiadores donde se encontraba. Tras conseguir escapar junto a más de setenta de sus compañeros, se refugian bien pertrechados en el monte Vesubio. La rebelión y lo más importante el motivo que la ocasionó, conseguir la libertad, atrajo a miles de esclavos de toda Roma. Así dio comienzo la leyenda del “Príncipe de los esclavos”, al conseguir liderar una rebelión multitudinaria de esclavos que pasaría a la historia con el nombre de “la Guerra de los Esclavos” o “Guerra de los Gladiadores”, durante los años 73 A.C. a 71 A.C.
Tras las primeras medidas infructuosas por parte de Roma de acabar con esta peligrosa rebelión, el Senado solicitó la participación de los mejores generales romanos, destacando entre ellos la figura de Pompeyo, quien conseguiría acorralar a Espartaco junto con ochenta mil hombres en el valle de Apulia, donde lo derrotaría con el apoyo de numerosas legiones. En esta última batalla murieron defendiendo el sueño de libertad más de sesenta mil esclavos. No moriría sin embargo la fuerza implacable que mueve a los hombres cuando luchan en último extremo por sus derechos y libertades. Así lo refirió Espartaco justo antes de morir en una frase que ha tenido resonancia a lo largo de la historia de la humanidad: “Volveré y seremos millones”. 
En nuestro siguiente paseo por la historia conoceremos a Julio Cesar...

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