ESPARTACO
EL ESCLAVO QUE HIZO TEMBLAR A ROMA
Hoy, en nuestro paseo por la historia, os hablaremos de un
personaje que formaba parte de un sector vital para la economía romana, la
esclavitud. Espartaco fue uno de tantos esclavos que, sin ningún tipo de
derechos ni consideración como ciudadanos, ejercían trabajos que iban desde la
agricultura a la minería, pasando por labores domésticas. Cuando no servían de
entretenimiento, aún a costa de sus vidas, en los circos romanos. El estatus de
esclavos se adquiría bien al ser prisionero de guerra, por nacimiento (hijos de
otros esclavos), o por ser niños que no encontraban acogida entre sus
familiares. Dicho estatus establecía una relación entre el esclavo o “servus” y el señor o “domine”, donde los primeros eran
propiedad de los segundos, debiéndole una obediencia absoluta.
La primera fuente de abastecimiento de esclavos era la
guerra. Las numerosas conquistas durante la expansión romana, proporcionó
ingentes cantidades de prisioneros cuyo futuro fue la esclavitud. Nuestro
personaje, Espartaco, fue uno de aquellos prisioneros de guerra que acabarían
bajo el yugo de la esclavitud. Los esclavos romanos carecían de cualquier
derecho, se limitaban a ser propiedades de su señor, hasta el punto que si su
amo fallecía y no los declaraba libres en el testamento, el heredero se quedaba
con ellos. En definitiva, eran considerados objetos, sin ningún tipo de
derechos ni posibilidad de reclamarlos. Tratados por los ciudadanos libres con
arbitrariedad y en ocasiones de forma tan denigrante que sus vidas se
convertían en un verdadero infierno.
Hoy os quiero contar la historia de uno de estos esclavos, rebelde,
valiente, inteligente, con una fuerza y carisma
sin igual y que tuvo la osadía de luchar por su libertad, enfrentándose
al poder absoluto de los romanos. Una osadía que arrastró a miles de esclavos
que se unieron a su causa, para poder cumplir así su gran sueño, romper las
cadenas que le impedían vivir como seres humanos libres.
Espartaco nació en Tracia, alrededor del año 113 A.C.
muriendo en la primavera del año 71 A.C. Era hijo de una familia de nobles y
acomodados tracios, que al ser derrotados por las legiones romanas tuvieron que
ingresar en sus tropas auxiliares. Espartaco era un gran guerrero, conocedor de
la ciencia militar. Su porte aristocrático y su fortaleza física, hicieron que
tras desertar de las tropas auxiliares romanas y trabajar temporalmente como
castigo en unas canteras de yeso, fuera vendido a una escuela de gladiadores de
Capua. Allí demostraría su talento militar, su habilidad con las armas y su
gran fuerza física. A pesar de sus éxitos como gladiador, su personalidad y
carácter le impedían aceptar ser tratado como un objeto de entretenimiento para
los ciudadanos romanos. Cansado de ver morir a sus compañeros gladiadores como
si de meros animales se tratara, planea una rebelión en la escuela de
gladiadores donde se encontraba. Tras conseguir escapar junto a más de setenta
de sus compañeros, se refugian bien pertrechados en el monte Vesubio. La rebelión
y lo más importante el motivo que la ocasionó, conseguir la libertad, atrajo a
miles de esclavos de toda Roma. Así dio comienzo la leyenda del “Príncipe de los esclavos”, al conseguir
liderar una rebelión multitudinaria de esclavos que pasaría a la historia con
el nombre de “la Guerra de los Esclavos”
o “Guerra de los Gladiadores”,
durante los años 73 A.C. a 71 A.C.
Tras las primeras medidas infructuosas por parte de Roma de
acabar con esta peligrosa rebelión, el Senado solicitó la participación de los mejores
generales romanos, destacando entre ellos la figura de Pompeyo, quien
conseguiría acorralar a Espartaco junto con ochenta mil hombres en el valle de
Apulia, donde lo derrotaría con el apoyo de numerosas legiones. En esta última
batalla murieron defendiendo el sueño de libertad más de sesenta mil esclavos.
No moriría sin embargo la fuerza implacable que mueve a los hombres cuando
luchan en último extremo por sus derechos y libertades. Así lo refirió Espartaco
justo antes de morir en una frase que ha tenido resonancia a lo largo de la
historia de la humanidad: “Volveré y
seremos millones”.
En nuestro siguiente paseo por la historia conoceremos a Julio Cesar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.