viernes, 1 de junio de 2018

ANÍBAL BARCA



ANÍBAL BARCA


     Hoy, en nuestro paseo por la historia, conoceremos a un personaje que se convirtió en uno de los mejores generales que se hayan conocido, capaz de derrotar a imponentes ejércitos mediante tácticas militares, inspiradas por una gran inteligencia y sorprendente astucia. Nos encontramos en una época donde cartagineses y romanos pugnaban por el gobierno del mundo conocido. Requisito previo imprescindible era el dominio del Mediterráneo, la gran vía de comunicación y comercio de aquella época.

     Como hemos indicado en anteriores episodios, tras la primera guerra púnica, donde fueron derrotados los cartagineses, los romanos impusieron insoportables impuestos y arrebataron el control del Mediterráneo a los cartagineses. Ante esta situación, los cartagineses se vieron obligados a expandirse por la Península Ibérica con el objeto de crear nuevas vías de comercio y encontrar nuevas fuentes de riqueza. 

     Será precisamente en la Península Ibérica, donde comenzará a forjarse la figura histórica de nuestro personaje. Nos referimos a Aníbal Barca (247-183 A.C.), el cual, tras la muerte de Asdrúbal Barca, fue elegido por la ciudad de Carthago como comandante en jefe del ejército cartaginés estacionado en la Península Ibérica. Durante dos largos años consiguió consolidar el poder cartaginés en gran parte de las tierras hispánicas. Roma, temiendo el creciente poder de los cartagineses en Hispania, se alió con la ciudad de Sagunto, comenzando así de nuevo las tensiones entre romanos y cartagineses. Tras el asedio, durante más de seis meses, de la ciudad de Sagunto, la tensión llegó a tal extremo que se rompieron los tratados de paz y, para alegría de Aníbal Barca, se inició la segunda guerra púnica. 

     Los romanos llevaron sus ejércitos a dos puntos: África del Norte e Hispania, pensando que así alejarían la guerra de la ciudad de Roma. Aníbal trastocó sus planes al llevar a cabo una estrategia inesperada. Dirigió su ejército contra el mismo corazón de Italia. Eligió para ello un camino difícil, por no decir casi imposible, sorprendiendo así a los romanos. Aníbal, tras franquear los Pirineos y superar una difícil travesía por los Alpes, llegó hasta las propias puertas de la eterna ciudad romana. En este transcurso, Aníbal demostró su ingenio militar derrotando a los romanos en su propio terreno. Batallas como Tesino, Trevia, Lago Trasimeno, Pantanos de Plestia, Ager Felernus, Geronio, y su obra maestra, la batalla de Cannas, son sólo un ejemplo de sus hazañas. 

     A pesar de sus victorias militares, Aníbal no llegó a conquistar la ciudad de Roma, si bien mantuvo sus ejércitos en la Península Itálica, para asombro de los romanos, durante toda una década. Los romanos decidieron atraer al brillante general, de nuevo, a su ciudad de origen, Carthago, pues la inminente invasión del norte de África, por otro gran general, en este caso romano, llevó a los senadores cartagineses a reclamar la presencia de Aníbal para proteger su ciudad ante una inminente invasión romana. 

     Aníbal y el brillante general romano, Escipión, se enfrentaron en la batalla de Zama. Una batalla decisiva que acabó con la derrota de los cartagineses, dando fin a la segunda guerra púnica. Aníbal perdió en aquella batalla cuarenta mil hombres y Carthago se vió obligada a firmar la paz con Roma, representada por Escipión, que tras su brillante victoria, adoptó el nombre del Africano. El tratado de paz estipulaba que Carthago debía renunciar a su flota de guerra y a su ejército, pagando un duro tributo durante cincuenta años. 

     Aníbal, que entonces contaba con la edad de 46 años, decidió entrar a formar parte de la vida política cartaginesa. Esta situación no duraría mucho tiempo. Aníbal, años después, tuvo que exiliarse. En el año 195 A.C., comenzaría un periplo donde el gran general, para poder sobrevivir, tuvo que ofrecer su servicio y conocimientos militares a distintos reyes de la época. Traicionado en sus últimos años y, antes de caer en manos de su eterno enemigo, Roma, decidió poner fin a su vida, suicidándose en el año 183 A.C.

     En nuestro siguiente paseo por la historia conoceremos al famoso general romano citado anteriormente, Escipión el Africano...

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